Desc: Estas calles nos pertenecen: Dirigida por Shareen Anderson, Lisa Henry. Con una de las tasas de criminalidad más altas del mundo, los sudafricanos están luchando con las repercusiones de vivir en un país donde sienten que están a merced de los delincuentes y que la policía no puede protegerlos. Gran parte de los delitos suelen ir acompañados de violencia gratuita (la tortura, la violación y las agresiones suelen ir de la mano de secuestros y robos), lo que hace que la amenaza del delito sea mucho más aterradora para el ciudadano medio. Sudáfrica también tiene ahora la mayor división entre ricos y pobres del mundo, no sólo entre blancos y negros, sino que también está creciendo intrarracialmente. Los expertos creen que es esta diferencia visible entre los que tienen y los que no tienen lo que añade más leña al fuego en términos de violencia y agresión en relación con el crimen. En Sudáfrica son asesinadas una media de cincuenta personas al día. También tiene la tasa de violaciones más alta del mundo. Entonces, ¿qué están haciendo las comunidades para protegerse? Estas calles nos pertenecen analiza cómo los sudafricanos comunes y corrientes enfrentan el flagelo del crimen y la violencia que lo acompaña..